Si hay algo que los perros suelen ser, es celosos de sus perros y cuidadores de lo que suyo es. Esto hace que una de las situaciones más difíciles que les puede tocar afrontar en la vida a un perro sea el compartir el amor de sus dueños con un nuevo integrante de la familia. El panorama suele ser aún más complejo cuando este nuevo integrante es un cachorro, que demandará más atenciones, cuidados, cariños y sobre todo, las miradas de nuestro amo y todos los demás.
Si estás pensando en llevar un cachorro a tu casa y ya tienes un perro como mascota, será necesario que tomes cartas en el asunto para lograr aminorar el momento difícil para tu antigua mascota. Para esto en lo que sigue encontrarás una serie de consejos para lograr que tu perro acepte a un cachorro.
En términos generales, de lo que se trata es de propiciar la relación entre ellos dos y nunca tenerlos alejado o cortar cualquier vínculo entre los dos. Por eso los consejos que te dejamos a continuación apuntan a que tú antiguo perro no se sienta invadido por la llegada del cachorro a la familia. El objetivo es que brindemos a los dos un trato igualitario, sin que haya diferencias y que las costumbres y el cariño que le dábamos a nuestra mascota original no cambien en nada, para que él pueda aceptar al cachorro.
Algunos consejos a tener en cuenta
Ya sabemos que el sentido por excelencia que los perros utilizan para conocer a los demás y relacionarse con los demás es el olfato. Es por esto que en el mismo momento que el nuevo integrante llega al hogar, nosotros debemos acercarle el cachorro a nuestra antigua mascota para que él pueda olfatearlo y así “conocerlo” y entrar en relación.
Además, en las primeras semanas de llegado el cachorro a la casa, es esencial que ellos puedan tener un lugar por separado en el que coman y duerman, para evitar roces por la invasión del espacio. Es decir, de lo que se trata es que cada uno tenga su lugar, que los vuelva únicos y que en estos primeros momentos sólo compartan los lugares de esparcimiento. Esta es la mejor opción para que el perro no vea que el nuevo integrante invade su intimidad.
Sin embargo, al cabo de unas semanas, sí podemos empezar a propiciar un mayor contacto entre ellos, por lo que se recomienda que empiecen a dormir y comer en un mismo espacio. De todas maneras esta acción de juntarlos siempre se debe hacer bajo la supervisión del dueño, para saber cómo es la relación entre ellos dos, si es que todo marcha bien.
En los momentos que nos aboquemos al juego con el cachorro, no debemos dejar de lado a nuestra antigua mascota, para evitar que sienta desplazado. Lo ideal es hacer juegos en conjunto y que ambos puedan participar de todas las actividades de igual manera.
Tu relación con tu antiguo perro no debe cambiar en nada
De más está decir, que la llegada de la nueva mascota, no debe cambiar en nada la relación que teníamos anteriormente con nuestro perro, porque de esta manera no existiría manera de que éste último pueda aceptar la llegada del cachorro. En este sentido, no debemos dejar de lado las actividades que hacíamos de forma habitual con nuestro perro, porque definitivamente así se sentirá desplazado, y esto puede incidir incluso en su salud, dando lugar a una depresión. El objetivo es que podamos seguir con las rutinas a las que habíamos acostumbrado a nuestro perro, ya sean los paseos, los juegos, las actividades juntos, etc.