No hay nada más tierno ni más divertido que una mascota bebé. Las mascotas pueden llegar a ser muy graciosas y ser el centro de atención de una casa durante sus primeros meses de vida. Pero, al igual que los niños pequeños necesitan mucha atención y vigilancia constante.
Las mascotas cuando tienen menos de un año, tienen comportamientos que pueden fácilmente hacer perder la paciencia. Los perros seguramente estarán el día entero mordiendo todo, en especial zapatos, muebles, medias. Este proceso de masticación es similar al de los bebés, están descubriendo las cosas de esa manera; pero, a diferencia de los niños, si no se corrige esta conducta, puede no desaparecer cuando crezca. Por otro lado, y más trágico aún, es el problema de que como los perros no utilizan pañales (aunque ya existe hasta esa opción en el mercado), es bastante complicada la tarea de lograr que entiendan que no pueden utilizar como baño la sala de la casa.
Los gatos son otra historia, si bien es un más fácil lograr que utilicen su arena sanitaria, porque por naturaleza estos animalitos son más pulcros en este sentido. Por otro lado están sus incontrolables garras y su recién descubierta habilidad para trepar. Esta etapa en la vida del gato puede resultar en muebles arañados, cortinas y adornos rotos y, seguramente, cicatrices en manos y piernas del dueño. A diferencia de los niños y de los perros, no basta con poner las cosas de valor en algún lugar alto, los gatos, con su innata curiosidad pueden llegar hasta donde quieran (aunque no siempre logran bajar con la misma facilidad).
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