Al igual que en las personas, aunque el organismo de nuestras mascotas los protege contra el ataque de los microorganismos, existen enfermedades muy peligrosas frente a las cuales pueden sufrir graves consecuencias. Para el control de estas enfermedades, existen vacunas que son fundamentales para proteger a nuestra mascota; y que son, una especie de seguro de vida.
En el caso de los perros, se deberían vacunar como mínimo frente a males tales como: Moquillo, Parvovirosis, Hepatitis y Leptospirosis. Y además, según la proliferación de la enfermedad en la zona en que se vive, contra la Rabia.
Existen también otras vacunas, menos utilizadas contra enfermedades como: Traqueobronquitis, Piroplasmosis y Coronavirus.
Si el animal es todavía un cachorro es importante vacunarlo a partir de la sexta semana (mes y medio de nacido). Por lo general se debe repetir la vacunación tres veces, terminando al cumplirse los 12 meses. Por lo general, algunas vacunas deben repetirse una vez al año. Se debe consultar con el veterinario sobre el plan de vacunación adecuado a los factores ambientales, raza y edad del animal.
Algo muy importante de controlar en nuestra mascota, es la aparición de parásitos internos, alteran la salud del perro y en muchos casos pueden ocasionar que las vacunas no alcancen la eficacia deseada. Para esto, se debe utilizar los antiparasitarios o desparasitarios adecuados, de acuerdo al medio en el que se cría el animal, incluso se puede desparasitar cada 3 meses.
Por último no descuidar la vacunación en animales más maduros. No serviría de nada vacunarlos durante su juventud, si se descuida y no se aprovecha el hecho de haberlo realizado. Durante esta etapa se puede vacunarlos además contra la enfermedad de Carré o distemper.
Con estos cuidados no sólo protegeremos a nuestro perro, sino que también cuidaremos la salud de los todos habitantes del hogar, puesto que algunas enfermedades son contagiosas (como la Rabia); y, además tendremos una mascota mucho más fuerte y saludable.
